El nuevo Director Ejecutivo de Red Lobster, Damola Adamolekun, está tomando medidas para revitalizar la cadena de restaurantes y atraer a una clientela más joven.
Con una inversión de 60 millones de dólares por parte de Fortress Investment Group, el objetivo es modernizar la marca mediante la renovación de la decoración, la iluminación y la música en los locales, así como con la introducción de un menú renovado que incluye nueve nuevos platos. Estos cambios buscan equilibrar la experiencia para una clientela diversa, ya que actualmente el 40% de los clientes de Red Lobster son mayores de 55 años. La idea es hacer que el ambiente sea más enérgico y atractivo para los Millennials, generando entusiasmo en redes sociales y creando una atmósfera que invite a diferentes generaciones a disfrutar de una salida casual. La empresa ve esta renovación como clave para transformar la experiencia de Red Lobster y lograr que la marca vuelva a ser relevante en el mercado.
A pesar de estos esfuerzos, Red Lobster, como otras cadenas de restaurantes, ha enfrentado dificultades, incluidas caídas en la afluencia de clientes y el aumento de costos. En un intento por atraer más visitas, la cadena introdujo en 2023 una promoción de camarones ilimitados por US$20, pero el costo fue mayor al beneficio, ya que la compañía perdió 11 millones de dólares. Para el nuevo Director Ejecutivo, Adamolekun, decisiones como esta aceleraron la bancarrota de la empresa. Ahora, el enfoque es no solo ofrecer precios accesibles, sino también mejorar la experiencia general con nueva tecnología que permite gestionar el inventario y calcular tiempos de espera. El objetivo es mantener la relevancia de Red Lobster en un mercado competitivo, haciendo que sea una opción atractiva para las generaciones jóvenes y construyendo un futuro sólido para la marca. Lograr un mayor ingreso de cliente más jóvenes es crucial para la longevidad de la cadena en los próximos 20 o 30 años.
Hace unos meses, Red Lobster obtuvo la aprobación para salir de la protección por bancarrota bajo el Capítulo 11, reorganizándose y quedando bajo la gestión de un grupo de prestamistas liderado por Fortress. Esta decisión llegó después de una serie de problemas financieros y el cierre de decenas de locales, en parte debido a los costos de su popular promoción de camarones ilimitados, que no resultó sostenible. En ese momento, la empresa también anunció un plan para simplificar su negocio, reduciendo el número de restaurantes a aproximadamente 544 en Estados Unidos y Canadá. Durante el proceso de bancarrota, Fortress y otros inversores proporcionaron más de 60 millones de dólares para fortalecer la marca y ayudar a asegurar su futuro en la industria. Este plan de reestructuración se concibió como una manera de enfrentar los desafíos financieros que la cadena de mariscos había acumulado a lo largo de los años. Gracias a estos cambios, Red Lobster comenzó una nueva etapa, buscando recuperar su estabilidad y relevancia en el mercado.
Moneda, el Periódico Financiero